Aunque no podamos evitar la incomodidad que nos provoca salir a la calle con frío en invierno, sí podemos equipar nuestra casa para que se convierta en un oasis cálido eligiendo un buen sistema de calefacción.

Ya que el sistema de calefacción es una de las instalaciones más caras que podemos hacer, te contamos las características de los principales sistemas para que elijas el que mejor se adecúe a nuestro hogar.

Calderas

Para nuestro sistema de calefacción necesitamos una caldera que genere el calor y unos radiadores que la distribuyan, Vamos primero con los tipos de caldera:

  • Gas natural: Las calderas de gas natural van ganando cada vez más adeptos a la hora de climatizar una casa, superando a la clásica calefacción por butano, no solo porque es menos contaminante, sino también porque el precio del propano es mucho más elevado que el del gas natural.
  • Gasoil: Funcionan con gasóleo y su principal baza es el rendimiento, aunque una instalación de gasoil puede ser más elevada que una de gas natural.
  • Eléctrica: Como el agua se calienta con energía eléctrica se evitan los posibles problemas de fugas de gas o intoxicaciones. Además, su instalación es más barata que la del gas natural, pero a cambio el coste energético es mayor.
  • Leña o carbón: Ambos son dos de los sistemas más tradicionales que hay y tienen un gran poder calorífico, aunque es complicado regular la temperatura. En el caso concreto de la leña cuenta con la ventaja de que es 100% renovable.

Radiadores

  • A la hora de repartir el calor por las diferentes habitaciones, contamos con tres tipos principales de radiadores:
    • De agua: Son un sistema fijo que se suele combinar con gas natural, que calienta el agua que circula por un circuito cerrado. Son duraderos, económicos y calientan rápido, pero el suministro de gas no llega a todas las zonas.
    • Eléctricos: Son los más comunes y funcionan con la red eléctrica, por lo que su instalación es sencilla y requiere poco mantenimiento. Su desventaja es el precio de la luz, que es más elevado que el del gas.
    • De aceite: Son los radiadores de fluidos que funcionan también conectados a la red eléctrica, que calienta un fluido caloportador que circula por el radiados. Al igual que los eléctricos son fáciles de instalar y mantener, pero tardan mucho en calentarse y, nuevamente, dependen de las tarifas de la luz.

Otras opciones: suelo radiante, termostato y aire acondicionado

Además de las combinaciones que podamos hacer entre estos modelos de calderas y radiadores, existen otras opciones. Una de ellas es la de los suelos radiantes, una red de tubos que se instalan debajo del suelo por los que circula agua caliente. Tienen un alto rendimiento con un bajo consumo y suelen funcionar con energías renovables.

Otra opción es instalar un termostato mecánico o digital que nos ayude a controlar la temperatura de cada estancia y en cada momento del día.

Por último, no podemos olvidar que un aire acondicionado sirve tanto para frío como para calor según a la temperatura a la que expulse el aire. Sin ideales para zonas con temperaturas suaves y ahorra espacio al tener la doble función y no necesitar dos equipos individuales.